• Alta estabilidad de emulsión, lo que garantiza un rendimiento constante y minimiza la necesidad de cambios frecuentes.
• Bajo nivel de espuma, evitando problemas de cavitación en bombas y asegurando un flujo de refrigerante eficiente.
• Prolonga la vida útil de las herramientas, reduciendo costos de reposición y mejorando la rentabilidad del proceso.
• Mayor seguridad en el trabajo, al tratarse de un producto sin clasificación de peligrosidad según el Reglamento CLP.

La Taladrina Mineral Blanca es un fluido de corte soluble en agua diseñado para mejorar la eficiencia y prolongar la vida útil de las herramientas en procesos de mecanizado.
Su formulación avanzada garantiza una lubricación superior, una excelente refrigeración y una protección óptima contra la corrosión, lo que la convierte en un insumo clave para la industria metalmecánica.
Este producto es libre de compuestos clorados y aminas secundarias, lo que lo hace seguro para el operario y respetuoso con el medio ambiente.
Además, su composición biostática previene la proliferación de bacterias y hongos, manteniendo la emulsión estable por más tiempo.
Una de sus principales características es su capacidad para formar emulsiones estables y translúcidas, lo que permite un control visual del proceso y reduce la formación de residuos.
Su versatilidad de aplicación la hace adecuada para el mecanizado de aceros, fundiciones, aluminio y aleaciones, así como para operaciones de rectificado de alta precisión.
Con una concentración de trabajo ajustable según el tipo de mecanizado, ofrece un equilibrio perfecto entre rendimiento y economía, maximizando la productividad en talleres y plantas de fabricación.

Recomendaciones de uso
Mezclar siempre la taladrina con agua en la proporción adecuada, asegurándose de agitar bien para obtener una emulsión homogénea.
Utilizar agua con una dureza entre 10 y 30º HF para mantener la estabilidad del producto.
Ajustar la concentración de acuerdo con la exigencia del mecanizado: 4-7% para mecanizados generales y hasta 10% para trabajos más severos.
En operaciones de rectificado, emplear concentraciones de 3-5% para obtener acabados óptimos con baja rugosidad.
Monitorizar la concentración con un refractómetro para asegurar un rendimiento constante.

Recomendaciones de mantenimiento
Realizar una limpieza periódica de los depósitos y circuitos para evitar la acumulación de residuos y bacterias.
Controlar el pH de la emulsión regularmente y ajustarlo si es necesario para mantener la efectividad del fluido.
Revisar la presencia de contaminación por aceites externos y eliminarlos mediante sistemas de separación adecuados.